Nuestra vida es muy sencilla: Estamos llamadas a vivir, como vivían Jesús, María y José en la casa de Nazaret.
Trabajo, Oración, rezamos el Oficio Divino o Liturgia de las Horas. Lectio Divina: lectura orante de la Palabra de Dios; Adoración Eucarística.
Tanto la Oración Litúrgica, como la Hospedería, están abiertas a todos quienes quieran participar. Caminamos como Pueblo de Dios, presentando a Dios las alegría y dolores de nuestros hermanos. Y lo que sí procuramos es, que todo el día sea una oración continua: estemos trabajando, estemos en la oración.
Las reuniones comunitarias, la recreación, son importantes para poder guardar mejor el silencio; ese silencio no está vacío, hay que llenarlo de Dios, porque Dios, habla en el silencio.
